El gato, en comparación con otros animales, tiende a ser un animal más tímido en caso de enfermedad, por lo que es más difícil de entender cuando no se encuentra bien.

De hecho, el felino, por su propia naturaleza, tiende a alejarse y esconderse en caso de problemas de salud. Por tanto, nos corresponde a nosotros observar atentamente el comportamiento de nuestro peludo amigo, para captar las posibles señales de alarma de cuando algo anda mal.

Una ayuda para poder captar estas alarmas, es sin duda conocer bien a tu gato: de hecho, cualquier cambio de comportamiento en sus hábitos diarios, grandes o pequeños, podría esconder un problema de salud.

En estos casos, además del comportamiento, se notan alteraciones evidentes en cuanto al estado del cabello, dientes, ojos y oídos …

Veamos en detalle cuáles son las señales a las que hay que prestar más atención:

  • Tenemos que empezar a preocuparnos si nuestro gato se vuelve mucho menos sociable y más irritable (más allá de su carácter ordinario). Definitivamente, esta es una señal de que hay algún problema.
  • Si el gato deja de cuidar su higiene personal y abandona el hábito de lamerse el pelo (que por tanto se vuelve más opaco y enmarañado), significa que no tiene fuerzas para hacerlo, y por tanto es síntoma de malestar. .
  • Cuando el gato duerme más de lo debido (y esto también se nota bien en lo que respecta a los felinos más holgazanes) y deja de practicar sus actividades cotidianas habituales, es una señal importante de incomodidad para poder agarrar.
  • Si nuestro amigo de cuatro patas pierde el apetito o peor, también comienza a adelgazar, esta es una clara alarma que no debe subestimarse.
  • Si ante un abrazo o una caricia nuestro peludo amigo responde de forma extraña de forma agresiva, es señal de un malestar que está atravesando.
  • Cuando notamos que el gato permanece demasiado tiempo en la caja de arena sin hacer nada, o si va al baño fuera de la caja de arena, es una clara alarma de problemas de salud.
  • Cuando notamos que su gato respira rápido, tiene sibilancias o tiene un ritmo cardíaco rápido, todas estas son señales de advertencia importantes.
  • Otro signo alarmante es si notamos que el felino tiene las pupilas dilatadas visiblemente
  • Si emite maullidos nocturnos inusuales, que no solía hacer antes, quiere expresar su dolor de manera explícita y se debe tomar una acción inmediata.
  • Beber mucho más de lo habitual también es una señal de que algo no va como debería.
  • Cuando el gato tiene la nariz caliente y seca, suele ser un signo claro de fiebre (porque normalmente debería estar húmedo y frío).

Si nota uno o más de estos síntomas, el consejo es siempre que se ponga en contacto con su veterinario de confianza, quien seguramente sabrá cómo ayudar a su gato y volver a encarrilarlo en poco tiempo, ¡para que usted también se sienta más sereno!